Ataque contra una iglesia durante una manifestación de estudiantes en Chile

Tras la manifestación convocada precisamente para protestar por la excesiva violencia de los carabineros en este tipo de actos, diversos grupos de encapuchados se dispersaron y cometieron numerosos actos de vandalismo, incendiando locales de empresas, bancos, farmacias y trataron de incendiar la puerta de la iglesia de la Gratitud Nacional. Hubo hay 34 detenidos por desórdenes y 14 por robo, así como decenas de heridos de diversa consideración, entre los carabineros y los manifestantes.

El cardenal Ezzati dijo esperar que «estos hechos no se repitan nunca más» y apeló a la conciencia de los jóvenes: «No hay futuro si no se construye en la historia, los cimientos del futuro son siempre los cimientos que otros han levantado con mucha fe, con mucho sentido de comunión, con mucha solidaridad», dijo.

El arzobispo de Santiago también destacó que «un hecho religioso fue profanado, hay también una falta muy grave a lo que es la conciencia cultural a las raíces históricas de un país y vuelvo a decir sobre esto no se puede construir un futuro que sea digno de las personas humanas, digno de solidaridad, de justicia y de paz».

«La libertad es un don muy grande, pero debe ejercerse también en el respeto de las libertades de los demás», agregó el cardenal, afirmando que «la violencia no es la primera respuesta». «Nunca una destrucción es algo positivo de lo que puede ser un legítimo derecho a manifestarse», aseveró. Y en ese sentido pidió «a toda la sociedad, a los educadores, padres de familia a que de verdad sepan tocar ese resorte de bien y permitan que los joven de verdad sean constructores de un futuro mejor».