EVANGELIO DEL DÍA MARTES 24 DE MAYO DEL 2016

Marcos 10, 28-31: “En aquel tiempo, Pedro le dijo  a Jesús: «Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte.» Y Jesús contestó: «En verdad les digo: Ninguno que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por mi causa y por el Evangelio quedará sin recompensa. Pues, aun con persecuciones, recibirá cien veces más en la presente vida en casas, hermanos, hermanas, hijos y campos, y en el mundo venidero la vida eterna. Entonces muchos que ahora son primeros serán últimos, y los que son ahora últimos serán primeros.»

Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

En contraste con las personas que, apegadas a sus riquezas, se desinteresan por el seguimiento de Jesús, está el Evangelio de hoy en San Marcos, capítulo 10, versículos del 28 al 31, el relato sobre los discípulos que, adhiriendo a Jesús, renuncian a todo.

Pedro, dirigiéndose a Jesús, se puso a decir: “pues nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido”. Respondiéndoles a Pedro, Jesús hace una declaración dirigida a todos los que efectivamente dejan todo para seguirlo: “En verdad les digo: todo aquel que deja casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos, o tierras, por mí o por el evangelio, recibe cien veces más ahora, durante esta vida… con persecuciones… y en el  mundo futuro, vida eterna”.

Aquel que comparte sus bienes recibirá cien veces más, ahora, en la comunión con Jesús, y la vida eterna que trasciende el tiempo. Es la opción por el desapego a los bienes privados, para gozar del bien comunitario y compartido. El camino del seguimiento a Jesús en la construcción del mundo nuevo de justicia y paz, es empeñarse en que los bienes de la creación sean disfrutados como bienes comunes y no individuales.

Es un proyecto que es contrario a la acumulación capitalista privada, resultado de la explotación del trabajo de los pequeños y empobrecidos. Este proyecto, asumido por causa de Jesús y del evangelio, suscitará la persecución por parte de los poderosos beneficiarios del proyecto de acumulación financiera en un mercado global.

El proyecto de Jesús se presenta subversivo ante los falsos valores de la sociedad tradicional, excluyente y elitista, la cual tiene como meta la riqueza y el poder. El apego a la riqueza, a su vez, aparta a la persona del seguimiento de Jesús. La afirmación final de Jesús: “Los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”, deja en evidencia la propuesta de rechazo de esta estructura social que favorece a las minorías privilegiadas.

Florece el mundo nuevo posible, presente en numerosas comunidades, las que robustecen sus relaciones con lazos de amistad y fraternidad, en el amor, en la solidaridad, en el compartir y, en la paz. En Jesús, Dios nos libera de la ambición de la riqueza para conducirnos al compartir y a la comunión de vida con los hermanos, particularmente con los más necesitados, entrando así en comunión de vida eterna con el Padre. Pidamos con insistencia esta comunión a nuestro Dios Trinitario, para hacer realidad nuestra misión. Amen.