“Guayana es totalmente recuperable”

Dos metros después de cruzar la puerta principal de su casa, justo frente al comedor, una foto atesora un momento crucial de su vida. Era enero de 1985. César Mendoza llevaba apenas un año como presidente de Sidor, la acería más importante de la región. Estaba cargado de nervios.

El papa Juan Pablo II, que trabajó como obrero siderúrgico en Polonia, visitaba la acería, luego de oficiar una misa en el terreno en el que hoy se erige la catedral de Ciudad Guayana, la primera en el mundo que llevará su nombre.

El vetusto retrato está allí, en el corazón de la casa, como una marca imborrable, tanto que Mendoza, ya no con la lozanía de los tiempos de la visita del Papa a Ciudad Guayana, sino con la experiencia de sus 85 años de vida, pisa ese terreno conocido como la “Cruz del Papa” a diario, ahora como asesor de la Fundación Catedral.

Esos cimientos por años estancados reciben nuevamente el calor de obreros y el esfuerzo de la Diócesis de Ciudad Guayana, sociedad, empresas privadas y públicas, que aspiran concretar la obra y, a partir de allí, transmitir un reimpulso al resto de la urbe, suspendida también en materia productiva.

Al Ser Supremo

“La ciudad necesitaba un reconocimiento a la magnitud de lo que se estaba haciendo y un agradecimiento al Ser Supremo que nos había permitido el que Ciudad Guayana fuera un polo de desarrollo que representaba un futuro inmenso para Venezuela, eso representa la catedral”, expresó Mendoza, quien llegó a la región en 1961, justo el año en el que se fusionan Puerto Ordaz y San Félix y se funda Ciudad Guayana, que el 2 de julio cumple 54 años.

Habla en tiempo pasado, pero admite que la ciudad sigue siendo un polo de desarrollo, que pasa por devolver a la Corporación Venezolana de Guayana el poder que tenía para decidir sobre la planificación y el futuro de la región. “La ciudad debería mantener sus raíces, se concibió como una ciudad moderna y modelo, no solo una ciudad industrial, sino una ciudad humana y allí entra la catedral. A la ciudad le falta un monumento como ese”.

Los monseñores Medardo Luzardo y Ubaldo Santana, con respaldo de la CVG, fueron claves en el desarrollo del proyecto, que arranca teóricamente con la constitución de la Fundación Catedral en 1997. Las obras inician en el año 2000 con recursos del Estado, tras escoger el proyecto arquitectónico, pero de 2005 a 2012 permaneció inactivo.

“Esa catedral traerá mucha gracia de Dios a Guayana”, consideró monseñor Mariano Parra Sandoval, quien destacó que la joven Ciudad Guayana es la única que no tiene basílica en el país.

Con ese sentimiento, la Diócesis de Ciudad Guayana asumió nuevamente el arranque de la obra. “La catedral es necesaria para humanizar la ciudad”, afirmó Mendoza.

Un avance significativo

“Queremos que la comunidad participe, que sientan la catedral como suya y propiciar actividades alrededor de esta gran obra”, apuntó el expresidente de Sidor y asesor de la Fundación, quien se residenció en Ciudad Guayana, tras pasar por la refinería Shell y el sector petroquímico y una estancia de un año en Milán, Italia, en donde se sumó al grupo que revisaba los contratos de la italiana Innocenti, contratada por el Estado venezolano para construir Sidor.

La capilla diaria, vislumbra, será el espacio que permita aglutinar a toda la comunidad de Ciudad Guayana. Esa área, según el proyecto inicial, era el sitio dispuesto para la cripta, pero se decidió que una de las cosas más importantes era darle vida “y por eso ese centro se transforma en capilla, vamos a crear facilidades para las oficinas parroquiales a un lado y un cinerario con aproximadamente 600 nichos al otro lado”.

Mendoza habla con orgullo del proyecto; para él la satisfacción es “enorme”. Cruza los dedos, confiado en que esta emblemática obra en el medio de la ciudad contribuya al resurgimiento de Guayana en la medida en que sus cimientos sigan elevándose. “No va a ser un emprendimiento fácil, pero el proyecto que representa Guayana es totalmente recuperable”.

CESARMENDOZA
“Arquitectónicamente no hay cambios, sino reutilización de los espacios para incorporar a la comunidad lo más rápido posible”, expresó Mendoza

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Etapa IV a punto de cierre

La primera parte de la etapa IV está a punto de culminar con la habilitación de la capilla diaria, prevista su terminación para principios de 2016. Aún se requiere para la dotación de la capilla la parte eléctrica, alumbrado, aires acondicionados y acabados finales.

Este sábado 27 de junio habrá una misa de acción de gracias a las 9:00 de la mañana, oficiada por el monseñor Mariano Parra Sandoval, en ese espacio emblemático.

Luego, la Diócesis se concentrará en seguir recaudando fondos para continuar en la construcción; uno de los pendientes en la lista es una reja para el perímetro de la catedral y el arranque de la parte frontal, para luego continuar con la parte posterior. “Son emprendimientos costosos, la idea es no empezar hasta tanto no tengamos los recursos asegurados para cada una de las etapas”, expresó Mendoza.

Precisó Parra Sandoval que se han invertido Bs. 7 millones y faltan obras complementarias. Hace un año, estimaban con ese monto concluir por completo la capilla diaria.
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